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La alternativa. Un momento de cambio para afrontar esta crisis desde el punto de vista del comunismo libertario.

PRIMERO: La vida contra la economía individualista

Arropándose en el nombre de la libertad, mucha gente se está viendo seducida por esa vertiente individualista tan nociva para el conjunto social. La visión que nos dio la Ilustración de la libertad, como un concepto en el que el individuo prevalece, a tenor de un egoísmo desenfrenado, por encima del colectivo, ha calado muy bien en el pensamiento neoliberal y ha sido, al fin y al cabo, grabado a fuego en la mentalidad de millones de personas a la hora de concebir el proyecto de su vida como una carrera a contrarreloj contra el resto, pisando cuellos y lamiendo culos, sin opinión ni principios, sin valores ni justicia. Esa concepción impregna tanto el tejido empresarial como el político y el administrativo, por eso, entiendo necesario recordar que cualquier alternativa política en la que tú mismo no seas el ejecutor de acciones directas es una farsa.

Arropándose en esta libertad individual nos han llegado a decir que, uno en cuanto es libre, puede andar ajeno a la sociedad, por lo que si tiene poder suficiente (es decir, capacidad, normalmente económica, para oprimir al resto) puede y debe hacerlo porque es fruto de sus derechos, bien heredados, bien obtenidos por su propia obra. Con este argumento se justifica la deriva de la privatización educativa por la libre elección de centro, en detrimento de una educación universal común, se justifica el dominio de otro cuerpo para ser violado o subrogar su vientre, se justifica portar armas, se justifican los privilegios de los que más detentan sobre los que menos y, en definitiva, se desfigura el verdadero sentido de la libertad, que es, simplemente, la convivencia en una sociedad en ausencia de opresión.

Es notable el predominio de este pensamiento de la libertad individual en las sociedades más fragmentadas y en la que toda lucha social ha sido anulada. En el contexto de la pandemia internacional actual, vemos a los fascistas arguyendo que por su propia libertad tienen derecho a salir a la calle. Para ellos el primer mensaje de este recordatorio, la libertad primero es del colectivo, en tanto que seres sociales, más aún si la externalidad de tu comportamiento individual conlleva la muerte potencial del resto de seres humanos.

Igualmente se pretenden interponer las necesidades económicas ante la salud de la comunidad. Se está revelando por fin, a ojos de la sociedad, lo que el anticapitalismo lleva casi un siglo advirtiendo: este sistema económico es contrario a la vida de los trabajadores y al medio en el que vivimos, en suma, es nocivo para la gran inmensa mayoría de la sociedad. En muchos lugares nos vamos a encontrar con choques frontales entre la economía y la vida de la gente.

SEGUNDO: Atacarán tus derechos

Previsiblemente estamos entrando en la gran catarsis económica de nuestro tiempo. Dentro de poco, después de habernos despedido masivamente, nos responderán que la culpa de la elevada tasa de desempleo es la poca flexibilidad del mercado de trabajo y que para recuperar su sistema debes aceptar perder salario, jubilarte más tarde y trabajar más horas. El segundo mensaje de este recordatorio es que la productividad en una sociedad es fruto del esfuerzo de los trabajadores mediante el uso de los medios de producción. El beneficio lo crea el trabajo del operario, del agricultor y del distribuidor, del personal sanitario, del investigador, el administrativo… De ninguna manera genera nada el que ostenta la propiedad parasitaria de los medios de producción. Los medios están ahí y ante esta coyuntura entre la vida y el máximo beneficio económico, hay que valorar hasta qué punto vamos a tolerarle este pulso al capital.

Teniendo esto presente, es sabido que en todas las crisis económicas que ha sufrido la sociedad española, un factor que el liberalismo económico desde el gobierno siempre señaló como causa de la crisis, es la rigidez del trabajo. Esto quiere decir, simplemente, que le echan la culpa a tus derechos como trabajador, a las conquistas sociales que nos hacen no vivir tan en la miseria como lo hicieron nuestros abuelos. Tras cada crisis intentan desmontar esas garantías argumentando que es necesario una mayor flexibilidad del mercado laboral para combatir el desempleo. El resultado es siempre el mismo, un fracaso de reforma laboral que torna el poder de las negociaciones hacia la patronal. Simplemente es necesario advertir que en cualquier momento, se volverá a acusar a los derechos sociales y laborales como origen de esta crisis económica que se deviene, volverán a atacar nuestras condiciones de trabajo y a darle poder al empresario para llevar nuestro sistema económico un paso más hacia ese capitalismo individualista. Es el momento de cuestionarse si vamos a tolerar esta situación.

Probablemente la toleraremos y, como viene siendo costumbre, aceptemos otra reforma. El estado se reviste cada día de elementos más sofisticados para tornar la opinión pública hacia los puntos que les interesan, probablemente no censure ideas (que más bien podemos hablar de autocensura), pero no le es necesario, le basta con poder dirigir el debate político y de interés de la sociedad. Para estar preparados ante cada periodo de retroceso de derechos es imprescindible recuperar esa soberanía de las ideas. Esa es la verdadera libertad de expresión. Libertad de expresión es, al fin y al cabo, ser tú el que decides sobre qué pronunciarte y cuándo hacerlo. Sin embargo, cada paso hacia la deconstrucción de la opresión que sufrimos por el capitalismo es cuestionado por los medios de información. Donde surge una idea que puede mejorar la vida de mucha gente, la opinión pública es redirigida a recordar debates sobre cuestiones que empiezan a superarse, como ha venido sucediendo con la homosexualidad, las penas de prisión o la violencia de género.

TERCERO: La alternativa. La construcción de comunismo libertario

Este es un momento de cambio del que podemos sacar provecho. Es un momento único, que ha afectado a todo el mundo, con mayor o menor repercusión. Nadie es ajeno a esta situación a nivel global. Puede ser el despertar de mucha gente que esté dispuesta a dar, aunque sea, pequeños pasos hacia una nueva forma de ver las cosas.

Llegado a este punto, aviso de que no pretendo con esto imitar a un libro de autoayuda o vender un método infalible para alcanzar la felicidad, ni ninguna de esas basuras del estilo. Esto no es un manual de acción que contenga un método para cambiar la sociedad ni nada, eso debe quedar a discreción de cada comunidad. Los métodos impuestos sobre cómo debe cambiar la sociedad ya sabemos la deriva autoritaria que han solido tener. Establecer un modelo al progreso supone una limitación al desarrollo de la humanidad. En definitiva, que cada uno haga y sienta lo que vea conveniente en su entorno, yo presento lo que me ha sido de ayuda, en mi experiencia personal, para llegar a querer construir el comunismo libertario en mi entorno.

Nos encontramos en un momento para replantearnos qué elementos de nuestro alrededor nos ahogan y nos oprimen. Con este tiempo libre, animo a quienquiera que lea esto a dedicar un instante a pensar qué es lo que te perjudica como persona, cuál crees que es el origen de los pensamientos negativos que pudieras tener cuando te has enfadado en algún momento de la cuarentena. Probablemente no sea la discusión con un ser querido, sino algo más profundo, puede ser una forma de actuar o de pensar que no te habías replanteado antes, intenta cambiar eso. Tú mismo debes ser tu referente para la sociedad que quieres ver.

Ese análisis que comienza por uno mismo no para ahí, sino que puede expandirse a tu núcleo familiar. Si transmites esta idea puede que te hagan saber qué comportamientos estas teniendo que no son agradables para el resto, a menudo estas conversaciones son difíciles o incómodas, porque sacan disputas o situaciones amargas de recordar, pero piensa que es una manera de hacer mejorar la convivencia. Piensa en quién realiza ciertos trabajos en tu núcleo más cercano, quien carga con mayores responsabilidades, la planificación de las comidas, la ropa, los tiempos de recreo o las tareas del hogar. A menudo, suelen recaer sobre la mujer, pregúntate si esto te parece bien, o si la situación a la que la sociedad te ha llevado es lo mejor para tus seres queridos, es el ejemplo que luego vas a dar.

A partir de este camino de búsqueda de las opresiones podemos analizar nuestro barrio o nuestro pueblo. Se puede pensar qué cosas faltan en la vida en tu comunidad más directa, quién sale más desfavorecido y quién se enriquece en la distribución social que se hace, a quién la vida le abrió puertas y a quién le plantó muros. Una opción puede ser imbuir en la solidaridad a los unos para con los otros, el verdadero progreso de tu comunidad, si es lo que te interesa, pasa por el mejor vivir del común. Acaparar los recursos individualmente a partir de la explotación del resto suele generar tensiones sociales que, desde luego, están completamente justificadas.

Posteriormente, tú puedes fijar en el ámbito en el que analizar el sistema de opresión que se genera cada día contra ti, tu comunidad y la sociedad en general. Nada de lo que nos rodea está ahí por casualidad, los organismos que administran la riqueza que produce la sociedad están pensados muy detenidamente para garantizar su propia supervivencia y los privilegios de los que los diseñaron. Piensa cuáles son los instrumentos de los que hacen uso. Desde gran parte del entramado legal, a la mayoría de las funciones de cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, pasando por la representación política de la comunidad. A modo de ejemplo, en mi entorno, la administración local es, sin duda, el nivel administrativo con mayor grado de injusticias, arbitrariedad y descontrol político que podemos encontrar en nuestro sistema.

En tu entorno laboral, piensa quién se queda con el valor de la productividad que llevas a cabo cada día, y si la contraprestación que te ofrecen es suficiente, por ejemplo, puede parecerte que trabajar para comprar comida es necesario y pagar por ella justo en tanto que otra persona ha trabajado en un área complementaria para hacértela llegar. Sin embargo, puedes tener en cuenta el grado de especulación hay en la producción agraria e informarte de qué sucede con el margen de beneficio que va desde el agricultor primario hasta el consumo, quién obtiene el grueso del beneficio de esa transacción, esto es fácil de averiguar y es muy ilustrativo, suelen robar esa plusvalía siempre los mismos.

Lo opresión a nivel internacional es brutal en muchos aspectos y la documentación histórica de la tiranía del estatismo a los pueblos es abundante y muy ilustrativa si se estudia desde esta perspectiva. La fuente más notable de opresión a nivel internacional son las empresas religiosas. Organizaciones de raigambre capitalista profunda, su objetivo es el continuo crecimiento a costa del entorno, la manipulación de las masas y la obtención del máximo beneficio constante. Pero también hay que tener en cuenta los entramados estatales que promueven guerras para ganar mercados y recursos naturales, guerras para ensalzar absurdos nacionalismos y mantener así estructuras de poder, o que promueven irracionales tensiones entre pueblos porque los intereses políticos han llevado a otorgar determinados privilegios a unos sobre los otros.

El motor de todo este camino de la búsqueda de la opresión es al fin y al cabo el sentido de justicia y de equidad que cada uno entienda en sí mismo. Históricamente en el devenir de la sociedad, siempre unos pocos han dictado lo que es correcto y justo a su modo de ver, lo que no significa que sea necesariamente “justo” para el conjunto de los pueblos. La libertad de expresión a la que me refería antes es capaz de ser crítica con la “justicia” predeterminada y pensar más allá de lo prefijado, puede ser el motor interno que nos haga abrir los ojos hacia qué queremos en nuestro entorno, en definitiva, a lo que entendemos justo nosotros mismos.

Finalmente, una vez uno considera, cuál es la causa de hallarse en determinadas situaciones de angustia o que preferirías cambiar (insisto en que esto debería ser una reflexión individual, normalmente ser guiado por las clases políticas o las estructuras mediáticas suele revertir en la ya referida manipulación y la transfiguración de tus verdaderos intereses somo sujeto de esta sociedad). Digo, que una vez sepas las causas piensa qué puedes hacer para cambiarlo y, lo que es más importante, ponte en contacto con otra gente que empiece a tener esas mismas preocupaciones. Normalmente son más de los que crees, únicamente debes de empezar a dejar de verte cohibido por la expresión de tus preocupaciones, no sientas reparo en atacar al que te oprime, esa es la libertad real, haz uso de ella, ese es el autogobierno del individuo. Esto puede devenir en la organización de una asociación estable, en la creación espontánea y volátil de un movimiento que origine un único cambio, en la organización de una estructura o de tu ingreso en un determinado colectivo, lo que sea, la organización de los sujetos como elementos discordantes contra las autoridades que nos someten es imprescindible. Se podría intentar llevar esto a todos los ámbitos de tu vida, en el hogar, en la empresa, incluso en el ocio, piensa quién maneja tu ocio y si eres soberano de lo que haces para divertirte, si esa actividad lúdica que has consumido, (ir a comprar ropa, el cine, las series y la televisión, un concierto o un festival, el aparato electrónico que has comprado…) si esa actividad la realizas porque te es útil, o porque la publicidad te ha generado una necesidad que ni te habías planteado y ahora, al fin y al cabo, te sientes sometido a un nuevo foco de opresión. Piensa en qué gastas el remanente del valor que produces con tú trabajo y a quién beneficias con eso y si eso te conviene a largo plazo.

No es fácil rechazar las diferentes situaciones que empezamos a ver como perjudiciales para nosotros y para los que nos rodean. A menudo están tan integradas en nuestra forma de ser y de vivir que simplemente necesitarían cambios que no nos sentimos capaces de hacer, esto es igualmente comprensible y no debe ser motivo de desaliento. No se descubre todo de la noche a la mañana y probablemente cada día se reflexione sobre un aspecto nuevo. Es un proceso de deconstrucción continua en la que cada día se descubren nuevas situaciones opresivas a cambiar y en el que cada día se puede avanzar hacia mejorarlas.

Si descubres que eres el origen de la opresión de mucha gente, puedes decidir aferrarte a tu situación de privilegio y gozar de ella a costa de los demás, o por el contrario, intentar solidarizarte con ellos. Por otra parte, al detectar una situación o un comportamiento que te oprime, bien puedes conformarte, agachar el lomo y apretar los dientes, aceptar la situación y no cambiarlo, o bien, levantarte contra esa opresión, lo cual a menudo es difícil, pero sin duda, si se hace acompañado por gente en la misma situación que tú, será más fácil. Desde luego habrá privilegios difíciles de abdicar y focos opresivos difíciles de combatir, pero es un progreso continuo que seguramente te haga vivir mejor. En definitiva, este recordatorio te invita a tomar la alternativa hacia la búsqueda de una vida liviana, con menos opresiones, siempre en sociedad y a través del comunismo libertario.

Diego Velasco Fernández

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